Aprovechando que acabamos de escribir un artículo tratando los olores del código fuente no podíamos dejar pasar la ocasión para escribir sobre refactorización, un conceptos íntimamente relacionado.

Aprovechando que acabamos de escribir un artículo tratando los olores del código fuente no podíamos dejar pasar la ocasión para escribir sobre refactorización, un conceptos íntimamente relacionado.
Se dice que el código huele cuando a pesar de que no se ha identificado ningún bug y su funcionamiento es correcto, está escrito sin atender a los principios de diseño del software o haciendo uso de prácticas nada recomendables.
Existen múltiples motivos por los que podemos disponer de código fuente antes de versionarlo: que heredemos un proyecto ya existente, que se nos ocurra una idea y en un impetuoso alarde de entusiasmo vayamos directamente al código, etc. Pero para mi el principal motivo es que es la forma más sencilla de comenzar un proyecto y un repositorio en Git: instalo la aplicación o el framework que necesito, realizo una configuración básica y acto seguido creo el repositorio.
Los más habitual en un entorno de desarrollo, de pruebas o de pre-producción es que tengamos varios proyectos conviviendo en paralelo. Y como ser organizado no es solo una virtud, sino que es una cualidad imprescindible para evitar el caos de cara al futuro, los hosts virtuales de Apache 2 son una buena forma de lograrlo.
Asegurar que los permisos de usuario de los archivos y carpetas de nuestro servidor web están correctamente asignados es una práctica que nos ahorrará problemas en el futuro. En esta mini entrada veremos cómo hacerlo.
Git es de largo el software de control de versiones por excelencia, el más utilizado muy por encima de cualquier otra opción como Subversion o Mercurial.
Por otro lado existen varias opciones para trabajar con un servidor Git, algunas de las mas famosas son a través de plataformas de terceros como Github o Gitlab.
Un servidor web Apache 2 corriendo sobre Linux no requiere muchos recursos de hardware. Así que si queremos disponer de un servidor casero dónde poder trastear y realizar pruebas o desarrollar ese pequeño proyecto que siempre nos ronda en la cabeza, una Raspberry Pi es una buena opción.
La Raspberry Pi, sea con Raspbian o con Ubuntu Mate, tiene un entorno de escritorio muy digno para los recursos de que dispone este SBC. Pero para el uso que le queremos dar lo que haremos será activar el acceso SSH y desactivar el entorno de escritorio.
Pocos son los entusiastas de los ordenadores que a día de hoy no han oído hablar de Rasperry PI. Para los que todavía no la conocen se trata de un pequeño ordenador austero y económico que ocupa poco espacio, consume poca electricidad, no hace ruido y además le podemos instalar algunas distribuciones Linux u otros sistemas operativos como Windows 10 IOT.
Pues bien, si te gusta trastear tanto como a mi y quieres pasar un buen rato, si tienes un pequeño proyecto personal que quieres «profesionalizar» con un servidor de pruebas, si necesitas un servidor de control de versiones, etc. Una Raspberry PI es una solución muy económica y 100% válida siempre y cuando tus necesidades de hardware no son excesivas y la criticidad de tu proyecto lo permite.
Una de las primeras y más importantes decisiones que debemos tomar cuando nos embarcamos en un proyecto de comercio electrónico es la elección de la plataforma sobre la cual cimentaremos nuestro negocio
Es una decisión que condicionará en gran medida el futuro del proyecto puesto que cada plataforma traerá consigo una serie de posibilidades y restricciones con las que tendremos que convivir.